La historia del dinero: Su evolución desde el trueque hasta el Fiat
En esta primera publicación del curso sobre Bitcoin te hablaré sobre la historia del dinero, y su evolución a lo largo de los siglos hasta llegar al dinero por decreto o Fiat. Su transformación durante milenios se debe a que se trata de una tecnología creada por los humanos con el objetivo de resolver el problema del poder adquisitivo.
Por muy difícil que sea de comprender, el dinero duro está influenciado por los mismos factores que afectan a cualquier tecnología. No es, y de hecho nunca ha sido, inmune a la obsolescencia, los cambios de preferencia, y la competencia.
Índice de contenido
La historia del dinero
Aunque muchos no lo vean de este modo, los orígenes del dinero siempre han sido una búsqueda constante de aquello que haga que nuestra riqueza hoy, siga estando disponible mañana.
Para que esto suceda, el dinero debe cumplir los siguientes requisitos:
- En primer lugar, el dinero debe tener reserva de valor. Es decir, su utilidad no debe disminuir con el paso del tiempo.
- También debe ser una unidad de medida. Tal como sucede con los centímetros, los grados, o los kilos, el dinero tiene que ser una unidad de medida, misma que debe ser estandarizada.
- Funcionar como medio de cambio. No tendría ningún sentido poseer dinero que nadie más aceptaría como método de pago. Sin embargo, también hay que tener en cuenta otros factores como su portabilidad.
Considerando todo lo anterior, es buena idea echar un vistazo al pasado, cuando el dinero fiat todavía no era una opción.
Trueque o permuta

El trueque o permuta se utilizó para el comercio mucho antes de que el dinero existiera como tal. Consistía simplemente en intercambiar un artículo, o servicio por otro. Pero si bien parece algo muy sencillo, la permuta en realidad es increíblemente compleja.
La complejidad del trueque radica en que para que el sistema funcione, debe haber dos personas con necesidades similares. Esto indica que para que se lleve a cabo una permuta, ambas partes involucradas deben tener algo que la otra parte quiera.
Por ejemplo, el trueque puede ser bastante sencillo si un carpintero necesita sardinas, y un pescador requiere madera. Sin embargo, antes de obtener esa pieza de madera, el pescador deberá negociar con un agricultor si es que el carpintero quiere hortalizas como pago por su madera.
Pero hay otros inconvenientes además del desafío de encontrar personas que quieran hacer trueque. Uno de ellos es la diferencia de precios entre una economía monetaria, y una sociedad de trueque.
Es decir, cada unidad adicional de comercio provoca un crecimiento exponencial en el número de precios. Por lo tanto, en un sistema de trueque, donde los únicos bienes son la madera, hortalizas y sardinas, se requieren nueve precios, a diferencia de solo tres en una economía monetizada.
Como resultado, el comercio se vuelve más complicado conforme se expande la economía de la permuta.
El surgimiento del dinero
Todo lo anterior, junto con otros factores llevaron a personas de todo el mundo a desarrollar de forma independiente una solución tecnológica que fue conocida como dinero.
No obstante, lo que era usado como dinero en aquellas épocas, era algo poco convencional. Por ejemplo, en Norteamérica se utilizaban las conchas de las almejas, mientras que en las islas Yap se utilizaban piedras enormes.
Ya sea que lo hicieran a propósito o no, las personas decidieron elegir su forma de dinero en base a diferentes características. Cuantas más de estas cualidades tenía un producto, o servicio, mejor podría satisfacer los tres propósitos del dinero descritos anteriormente.
Sin embargo, la capacidad de una posible fuente de financiamiento para cumplir con estos requisitos puede deteriorarse con el tiempo. Es decir, lo que es una buena inversión con dinero duro hoy, puede no serlo mañana.
Esto es algo que se ha demostrado a lo largo de la historia a medida que personas geográficamente aisladas, han comenzado a interactuar. Por ejemplo, dichas interacciones pueden mostrar que un recurso que algunos creen que es escaso a nivel mundial, en realidad está ampliamente disponible para las personas en otras áreas.
El dinero duro
El dinero duro tiene características distintivas, incluyendo las siguientes:
- Portabilidad. Significa que es fácil de llevar, aunque en el caso del oro, puede ser físicamente un problema en términos del transporte.
- Durabilidad. En el caso de los productos se sabe que generan muy poco dinero ya que se echan a perder. No sucede lo mismo con el oro, el cual no se oxida, y mucho menos se descompone.
- Fungibilidad. Un euro sigue siendo un euro, sin embargo, un saco de naranjas puede variar en cantidad y calidad en comparación a otro saco con el mismo producto. Por lo tanto, si una moneda no tiene fungibilidad, cada transacción debe ser auditada.
- Divisibilidad. En el caso del dinero fiat, se puede dividir en centavos para realizar compras.
- Aceptabilidad. Significa que cuantas más personas adopten una moneda, más sencillo será gastarla.
- Escasez. El dinero duro no está exento de la oferta y la demanda. Por lo tanto, cuánto más sencillo sea crear un objeto, menor valor tendrá.
El oro
Lo cierto es que cuando se trata de la escasez, el oro ha resistido la prueba del tiempo. Este metal precioso se ha utilizado como dinero desde épocas ancestrales. Se sabe que la gente usó el oro como moneda de forma independiente en regiones como China y América del Sur.
De hecho, en el antiguo Egipto, el oro se utilizaba como medio de cambio. No fue sino hasta el año 1091 a. C, cuando China lo estableció como efectivo legal. Siglos más tarde, el rey Creso de Lidia fue el primero en convertir el oro en monedas.
Con el surgimiento del Imperio Romano, el uso del oro se extendió por todo el mundo occidental. Sin embargo, y a pesar de todos los beneficios del oro, su uso como dinero duro se ha visto limitado por dos factores.
En la historia del dinero, el primer problema es que el oro es pesado. Aunque es posible que una persona use el oro, hacerlo puede ser un inconveniente para las interacciones personales.
Podrían requerirse a muchas personas para transportar suficiente metal para liquidar un comercio a nivel corporativo.
Las piedras Rai
Las piedras Rai es otro ejemplo de cómo el dinero fue evolucionando e impactando en nuestras vidas. Los círculos de piedra Rai utilizados en la pequeña isla de Yap, se encuentran entre las formas de pago más inusuales y fascinantes del mundo.
Se trata de círculos en forma de donas que fueron tallados en losas de piedra caliza. Su tamaño varía pero podían tener hasta 4 metros de diámetro. Cabe mencionar que en realidad las piedras procedían de la lejana isla de Anagumang, a unos 640 kilómetros, y no de la isla de Yap, donde no existen este tipo de piedras.
La abundancia de piedra caliza en la isla asombró a la gente de Yap, a quienes se les dio permiso para extraer y tallar la piedra a cambio de productos y servicios para los habitantes de Anagumang.
Las rocas, algunas de las cuales pesan varias toneladas, eran transportadas en barco a través del océano hasta la isla Yap. Esto nos habla del enorme esfuerzo y el gran valor que le daban a las piedras las personas en esa época.
Con su apariencia similar a monedas enormes, estás piedras eran comercializadas como un signo de valor durante ritos culturales como el matrimonio, o la herencia. Curiosamente también se utilizaban para resolver conflictos y llevar a cabo acuerdos políticos.

Dicho de otra manera, las piedras Rai eran una pieza clave en la economía de la isla. Sin embargo, tras la llegada de los europeos se comenzaron a usar barcos más grandes con capacidad para transportar un mayor número de piedras desde islas cercanas.
Lo que ocurrió después fue que la masa monetaria en la isla aumentó significativamente, y con ello también la inflación. Como resultado, este sistema económico basado en las piedras Rai colapsó al poco tiempo.
En la actualidad, y aunque predomina el dinero fiat en la vida diaria de la isla, las piedras Rai todavía se usan para intercambios ceremoniales. Evidentemente no son piedras que se puedan llevar en la billetera, por lo que generalmente, se encuentran estacionarias fuera de edificios públicos, o áreas comunes.
Denario romano
En la historia del dinero es imposible no mencionar el Denario romano. De hecho, se le reconoce como una de las monedas antiguas históricamente más importantes.
Se caracterizan por ser pequeñas monedas de plata que se utilizaron entre el 211 a. C. hasta mediados del siglo III d. C. Su importancia radica en que el Denario fue la base de la acuñación romana y el modelo de muchas monedas europeas que surgieron posteriormente.
Millones de estas diminutas monedas de plata se produjeron durante el mandato de numerosos gobernantes y emperadores. Como tal se convirtió en la moneda principal de la República y el Imperio Romano temprano.
El Denario en la República romana
Los primeros denarios romanos, que tenían un peso aproximado de 4,5 gramos de plata, se convirtieron en la principal forma de moneda utilizada en toda la República romana. Sin embargo, no se sabe cuál fue su valor inicial.
Estas monedas tendrían numerosos diseños únicos tanto en el anverso como en el reverso. Sin embargo, tanto el peso como la pureza de las monedas acuñadas en toda la República, fueron notablemente uniformes, a pesar de la gran variedad de diseños.
Las familias adineradas eran las encargadas de producir estas monedas, y de asegurarse de que tuvieran los pesos adecuados. A pesar de ello, muchos romanos adinerados compitieron por el Denario debido a la oportunidad de producir monedas con su propia obra de arte.

Con el tiempo, el Denario romano sufrió una depreciación debido a una reducción en su peso al combinarse con pequeñas cantidades de cobre. Como resultado, para el año 141 a. C. el Denario romano tenía un peso de 3,9 gramos.
Tras la muerte del emperador Lucio Cornelio Sila en el 78 a. C., se originó una lucha de poder entre numerosos generales y políticos romanos. Al poco tiempo estalló la guerra civil, y surgió una moneda de transición que se usaba para pagar a los ejércitos. Dicha moneda fue acuñada por aquellos que luchaban por el poder.
Se emplearon numerosas Casas de Moneda militares, que eran Casas de Moneda que acompañaban a los ejércitos. Durante todo este tiempo, se emitieron numerosos denarios conocidos, entre los que destacan el Denario de Marco Antonio y el Denario de Julio César.
El Denario en el Imperio romano
El Denario de plata del Imperio Romano era claramente distinto del Denario de plata de la República Romana. Durante la época del Imperio Romano se produjeron denarios que en su mayoría llevaban la imagen del emperador Augusto.
En el anverso de las monedas, los emperadores ocasionalmente usaban un busto de sus esposas u otros parientes cercanos. Por su parte, los dioses y diosas romanos eran representados con frecuencia en el reverso de las monedas, aunque también era común encontrar estructuras y edificios.
Los problemas para el denario surgieron cuando el Imperio comenzó a producir en masa estas monedas a una escala mucho mayor, a pesar de que siempre se había fabricado en grandes cantidades.
El denario fue producido en enormes cantidades para financiar el ejército de Roma y el comercio interno. Incluso cuando Roma se convirtió en Imperio, la degradación del denario no se detuvo; por el contrario, se aceleró. Algo parecido a lo que sucedió con las piedras Rai.
El peso del denario se redujo hasta 3,4 gramos bajo el reinado del emperador Nerón. Los emperadores siguieron haciendo esto en un esfuerzo por acuñar más monedas usando menos plata.

Para el siglo III, el Imperio Romano había reducido drásticamente el contenido de plata del denario, al punto que las monedas individuales solo pesaban 2,5 gramos.
Luego, durante el mandato de Diocleciano se implementaron políticas monetarias que redujeron a una décima parte el valor del dinero. Este emperador estableció precios máximos tanto para los productos, como para los salarios.
El denario romano, inicialmente hecho de plata pura, sustancialmente se degradó y muy pronto fue reemplazado por el Antoninianus, también conocido como el «doble denario».
El dinero fiat
El dinero fiat, también conocido como dinero fiduciario, o dinero por decreto, es el dinero de curso legal emitido por los gobiernos. Es diferente del dinero duro, ya que no se basa en un bien físico como el oro o la plata.
Por lo tanto, el valor de la moneda fiduciaria está fuertemente relacionado con el poder económico del gobierno que la emite. Este tipo de dinero es utilizado por naciones de todo el mundo para ahorrar, invertir y realizar compras de productos básicos y servicios.
Algunos ejemplos de dinero fiat incluyen todas las monedas de papel actuales que utilizan los países, como el caso del euro, el dólar estadounidense, o el yen japonés.
Los sistemas económicos basados en las materias primas y el patrón oro, precursores de la moneda de curso legal, se han vuelto obsoletos porque el dinero fiduciario gobierna el mercado.
Sin embargo, la historia del dinero demuestra que la moneda actual tiene algunos defectos. Por lo tanto, el futuro del dinero fiduciario y la moneda basada en productos básicos es incierto.
La problemática del dinero fiat
Aunque el dinero fiat se utiliza en la actualidad, y es parte de nuestras vidas, presenta los problemas ya vistos en épocas antiguas. Como ya se ha mencionado, se han realizado varios intentos a lo largo de la historia para reemplazar el dinero mercancía con monedas que prácticamente no cuesta nada generar, pero que tienen poco valor de supervivencia.
La problemática del dinero fiduciario radica en que tiene un «valor» teórico sólo porque así lo declara un gobierno o un banco central. Los sistemas de moneda fiduciaria sustituyen un mecanismo de comercio tradicional por el dinero mercancía, y reemplazan su valor de supervivencia con un valor subjetivo.

En términos prácticos, el dinero fiduciario vale lo que se puede comprar, pero debido a su poder adquisitivo variable, no se puede usar como punto de referencia para medir el valor. En realidad, las monedas fiduciarias tienen una serie de problemas importantes.
Por lo tanto, el dinero fiat solo tiene valor porque el gobierno está obligado a mantenerlo así, o porque las partes involucradas en una transacción han acordado su valor. Sin embargo, no se puede cambiar por oro o plata y, en consecuencia, puede perder valor si se presenta una inflación o hiperinflación.
Además, las monedas fiduciarias no tienen una conexión directa con las necesidades de la vida humana. Esto se debe a que solo necesitan una pequeña cantidad de insumos económicos tangibles.
La cantidad de dinero en un esquema de dinero fiat es siempre inexacta, ya que la eligen los bancos o gobiernos centrales. Lo anterior implica que los precios se vuelven inestables y la actividad económica se estimula, o suprime artificialmente dependiendo de la producción y distribución de una moneda.
Dicho de otra manera, un sistema de moneda fiduciaria nunca puede lograr la estabilidad de precios. Adicionalmente, cuando la gente deja de confiar en la moneda de su país, inmediatamente deja de ser útil.
El futuro del dinero: Bitcoin como alternativa al dinero duro
Bitcoin es el último peldaño hasta ahora, en la escalera evolutiva del dinero. Muchos consideran que es una sólida alternativa al dinero duro, ya que tiene un suministro limitado e inmutable.
Además, Bitcoin tiene una emisión monetaria fija y predecible que se inclina hacia la disminución generalizada de precios. No solo eso, a diferencia del dinero fiat, Bitcoin no puede ser requisado por los gobiernos.
Cabe aclarar que Bitcoin no debe compararse con las criptomonedas, ya que no es inflacionario, ni tampoco centralizado. Como tal, tiene muchos beneficios respecto al dinero duro que conviene valorar.
Bitcoin como dinero duro
En esencia, Bitcoin fue diseñado para tener una cantidad finita que se crea a través de una competencia abierta por el uso de la potencia de procesamiento. Por diseño, está restringido a una cantidad total de alrededor de 21 millones de bitcoins, cantidad que se producirá durante un período de tiempo esperado.
Se debe resolver un desafío criptográfico para crear un nuevo Bitcoin, y la probabilidad de éxito de cada competidor depende de la cantidad de potencia de procesamiento que haya utilizado.
Lo que se pretende con Bitcoin es que se convierta en una forma de moneda dura, con un nivel de fortaleza eventual que impida una mayor fabricación y, en cierto sentido, genera una escasez absoluta.

Bitcoin como dinero duro está garantizado por el código que valida o rechaza el historial de transacciones, en base a una serie de reglas predeterminadas. Estas regulaciones cubren, entre otras cosas, la necesidad de una solución de prueba de trabajo para el problema criptográfico.
Es decir, una verificación para garantizar que ninguna transacción implique más bitcoins de los que tiene su remitente. También involucra una confirmación de que no se emitieron bitcoins adicionales antes de la fecha límite predeterminada, o por encima del límite de suministro.
Pero en realidad no hay reglas «definitivas» para Bitcoin. Existen regulaciones para el programa Bitcoin Core actual, así como las regulaciones originales de la versión inicial del software de Bitcoin. Sin embargo, y debido a que Bitcoin es un proyecto que no depende de un organismo centralizado, no hay regulaciones que los propietarios de bitcoins deban cumplir.
Esto significa efectivamente que si todos los miembros de la red Bitcoin modificarán sus reglas por unanimidad, por ejemplo, para tener una inflación permanente, entonces estas se convertirían en las nuevas reglas.